Orar, para zibel,es tener las manos abiertas, para dar y recibir, es una actitud de espera en la Misericordia de Dios. Quien está necesitado simplemente recibe con el agradecimiento profundo de ser atendido ahún sin obtener lo que creía merecer. Por ello cuando oremos esperemos, en quien sabe lo que nos favorece.
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